¹ Entonces me llegó la palabra del Señor:
² Ve y proclama a oídos de Jerusalén: “Así dice el Señor: Me acuerdo de ti, de la bondad de tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando me seguías en el desierto, en tierra no sembrada.”
³ Entonces Israel era santidad para el Señor, primicias de sus frutos; todos los que lo devoraban eran considerados culpables; la desgracia les sobrevino, dice el Señor.
⁴ ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob y todas las familias de la casa de Israel!
⁵ Así dice el Señor: ¿Qué mal hallaron en mí sus padres, para que se apartaran de mí, siguieran la vanidad y se hicieran vanos?
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