Considero mi poesía una extensión de mi trabajo de pintura, y en esto veo que hay dos seres que se conectan en uno, el yo poeta y el yo pintor.
La poesía está envuelta en la propia creación de Dios, es decir, en la naturaleza que envuelve el corazón del hombre en sus misterios.
Realizar un cuadro es explorar a través de medios plásticos esa poesía infinita que envuelve al individuo.
No todas las personas del mundo son capaces de apreciar el Arte, por así decirlo con “A” mayúscula, que está envuelto en la misma sabiduría existencial.
Por eso mi obra tiene significado con dos cosas: el cubo y el símbolo de la línea recta.
Yo diría incluso que el signo del número cuatro se extiende a mi obra.
Y eso es todo.
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