Mis pies en la noche
caminan para el este
sin ojear para el sur.
Tus sombras son polvo,
y mi corazón de polvo llora.
Mi pueblo no canta más,
mi madre es roja,
mi padre azul marino
y mi abuelo no entiende
mis palabras de plata.
Unos días son como las
canciones de manzanas
que yo escuchaba en las
tardes.
Mis manos segura el libro mientras mis lagrimas son ríos.
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